LA PIZARRA
LA BASE
El aspecto más importante a la hora de decidir que técnica utilizar es si la base está hecha o no. Si la base está ya construida se puede plantear la obra a partir de la colocación del rastrel horizontal sobre el que irán las piezas de pizarra. Para ello se sitúan sobre la cubierta unas piezas de madera que soportarán la pizarra.
La técnica mencionada anteriormente es, sin duda la más sencilla porque la estructura está ya construida incluyendo , si es el caso, la estructura de materiales aislantes. Sin embargo, si hablamos de una obra nueva, existe la posibilidad de implantar materiales aislantes que ayuden a preservar la obra de factores como la climatología o el ruido.
Entonces no basta con una estructura basada en un simple rastrel horizontal sino que éste se coloca sobre un rastrel vertical y entre ambos se sitúan los materiales aislantes.
Por último hay que mencionar la técnica más sofisticada y efectiva de todas las utilizadas: el sandwich. Ésta consiste en encajonar los materiales aislantes en una estructura a modo de encofrado sobre la que se coloca el rastrel que va a sostener las placas de pizarra.




CLAVOS Y GANCHOS
Existen dos técnicas para la sujeción de las placas de pizarra: el clavo y el gancho.
El clavo: Como ventajas podemos decir que si se opta por el clavo el resultado será más limpio que si se utiliza el gancho ya que éste no es visible una vez terminada la obra. Como inconveniente resaltamos el hecho de que el precio de la obra realizada con clavo será superior ya que requiere necesariamente de mano de obra muy cualificada y además las mermas por rotura son más importantes que si se opta por el gancho. Además es necesario realizar la obra sobre un entarimado total o doble listón. Finalmente añadir que las obras de reparación son más complicadas.
El gancho: Cuenta con un mayor número de ventajas. Permite la colocación de las placas sobre un listón o rastrel en cada parte vista y, así, ésta es más fácil. Las posibles reparaciones son más sencillas de realizar y permite la reutilización de la pizarra. El inconveniente es que el acabado resulta menos clásico que si se utiliza el clavo. En cualquier caso es frecuente la combinación de ambos elementos. Normalmente la solución ideal pasa por el uso del gancho pero las placas de los aleros y, en general, de todos los bordes son colocadas con clavo. Es conveniente en cualquier caso utilizar materiales de calidad. Por ello se usa el acero inoxidable, sobre todo en el caso del gancho ya que una parte del mismo está expuesta permanentemente al agua.
LOS REMATES

Además de cumplir un esencial papel funcional, es decir, asegurar la estanqueidad, aportan un nivel de acabado que multiplica la notoriedad que la pizarra implica.
Existen varias posibilidades a la hora de rematar un trabajo dependiendo de la posición de las vertientes. En cualquier caso las placas de pizarra que quedan acultas han de ser colocadas utilizando el clavo como sistema. En la imagen se muestra un ejemplo del trabajo previo a la colocación de una cumbrera.
LIMAHOYAS
Cuando dos vertientes se unen en la parte baja del tejado la solución es la limahoya. Esta pieza, que suele ser de aluminio o lámina galvanizada es la línea resultante del encuentro de dos aguas en la parte baja del tendido. Por su posición sirve de sistema de evacuación de aguas.

